Internado de
Fonoaudiología, Laboratorio de Lenguaje Infantil
Sandra
García Vieira, Interna de Fonoaudiología Universidad de Valparaíso.
Dentro
del espectro del autismo existen diversos criterios diagnósticos que logran de
alguna manera agrupar la gran heterogeneidad de síntomas presentes en la
condición. Actualmente es el DSM-5 quien otorga la clasificación más
actualizada de los mismos. Dentro de estos criterios que se incluyen en esta
nueva edición, se reconoce a las alteraciones de hipo o híper reactividad a estímulos
sensoriales o al inusual interés en aspectos del entorno, como uno de ellos,
englobado como parte de los patrones restrictivos y repetitivos de
comportamiento, intereses o actividades (American Psychiatric Association,
2014).
Si
bien, este reconocimiento como parte de los criterios diagnósticos del TEA es positivo como un avance en el conocimiento del amplio funcionamiento
cognitivo y biológico de las personas dentro del espectro, la información que
el manual entrega acerca de este déficit en la integración sensorial, presente
en la gran mayoría de los individuos con TEA, es más bien superficial.
Variadas
investigaciones han llegado a la conclusión de que esta dificultad para
modular, discriminar, coordinar y organizar la información sensorial, existente
en las personas con trastorno del espectro del autismo, produce una limitada
entrada de los datos o un desajuste en la concordancia entre la percepción de
un estímulo recibido por distintos sentidos, resultando en vivencias confusas y
en ocasiones amenazantes para el niño (Ortiz Huerta, 2014). Este proceso
sensorial desorganizado, por tanto, se traduce en una hiper o hipo reactividad
a distintos estímulos del ambiente y si se analiza este tipo de respuestas en
la vida cotidiana de estas personas, se subentiende que no va a ser agradable
para ellos participar en las actividades que una persona neurotípica
experimenta diariamente. ¿Qué pasaría si todo el día estuvieran taladrando al
lado tuyo? ¿O si sintieras que te vierten encima agua hirviendo? O más aun, ¿Si
sintieras que flotas al intentar caminar? Seguramente querrías alejarte del
estímulo que te causa molestia. Esto es lo que sucede a menudo con un individuo
perteneciente al espectro del autismo y es esta forma de relacionarse con el
mundo sensorial la que muchas veces los aísla y encasilla de excéntricos frente
a la gente que los rodea.
Teniendo
en cuenta lo anterior, ¿No sería importante a la hora de elegir un diagnóstico
y encasillar un tipo de intervención, tener en cuenta a cabalidad como está
percibiendo los distintos estímulos una persona? ¿Cómo voy a iniciar una
estimulación vía canal auditivo si al menor ruido un individuo con TEA apaga
sus canales sensoriales para protegerse de la sobrecarga? Es ahí donde falta
indagar, y crecer en términos de la información que entregamos a la comunidad
que esta pronta a intervenir y etiquetar a una persona con determinado
diagnóstico, para así finalmente conseguir lo más importante, lo cual radica en
favorecer un aprendizaje y desarrollo con calidad de vida siendo este agradable
e inclusivo para toda persona cualquiera sea su rango y condición dentro del
espectro.
Finalmente,
si estamos en conocimiento que estas alteraciones sensoriales contribuyen a un
comportamiento desadaptativo y generan aislamiento social (Ortiz huerta, 2014)
¿No sería más efectivo comenzar organizando y modulando los estímulos
sensoriales que recibe el niño desde el ambiente, antes de enseñarle a no
gritar cuando escucha el ruido de un motor? Es una mentalidad en la que aún nos
falta trabajar.
Referencias
bibliográficas
American Psychiatric
Association. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los transtornos
mentales DSM-5. España: Editorial Médica Panamericana.
Imperatore Blanche,
E., & Reinoso, G. (2007). Déficit en el procesamiento sensorial en el
espectro autista. Revista Terapia ocupacional, Universidad de Chile,
1-19.
Ortiz Huerta
JH. (2014) Terapia de integración
sensorial en niños con trastorno de espectro autista. TOG (A Coruña)
11(19): 1-13 Revista en internet. Consultada el 21 de marzo de 2016. Disponible
en: http://www.revistatog.com/num19/pdfs/original5.pdf
Pucha, M. J., Bea
Gresa, M., Ferrás Mestre, V., & Fernádez, C. (2014). Percepción sensorial
en el alumnado con autismo. PFC 11-12 CIEP El Parque (La Cañada) , 1-27.
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