Cuando se nos viene a la mente la palabra Autismo, inevitablemente evocamos un estereotipo o una serie de conductas. No obstante, aquello es solo una pequeña manifestación de la persona o la consecuencia de su procesamiento cognitivo o sensorial diferente.
Como siempre menciono a mis queridos padres, la conducta es solo la punta del iceberg, por lo tanto, debemos centrarnos en aquello que en ocasiones nos dificulta ver y que tiene relación con la persona tras el diagnóstico.
Las personas CON autismo, al igual que las personas de desarrollo típico poseen sueños, pero estos sueños se verán cumplidos en la medida que los padres, escuela y comunidad trabaje de manera coordinada por alcanzarlos.
Por lo tanto, ¿como hacemos para definir y concretar estos sueños?
En un primer momento será necesario conocer cuales son las necesidades de los miembros de la familia, sus inquietudes y que esperan de su hijo o hija con Autismo.
Por otro lado, será de vital importancia conocer cuales son las dificultades que el núcleo familiar va manifestando en el proceso, cuales son sus inquietudes, necesidades, ilusiones, si requieren de respiro o acompañamiento. Conocer cuales son sus prioridades será el punto de partida de nuestro trabajo.
Posteriormente y como segundo paso, conocer los sueños e ilusiones de la persona central, en este caso el niño, niña, joven o adulto con Autismo y que se requiere para alcanzarlos.
Finalmente y para concretar cada uno de estos sueños, inevitablemente tendremos que definir quien o quienes serán las personas que trabajarán en aquello. Probablemente, nos daremos cuenta que contamos con una variada gama de recursos tanto humanos como aquellos que nos brinda el entorno.
El tener sueños para nuestro hija o hijo será el primer paso tras el Diagnóstico.
Lilia Siervo Briones
Educadora Diferencial
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