Mujeres en el Espectro Autista.
Lilia Siervo Briones
Educadora Diferencial
Durante mi trabajo como Educadora
Diferencial he sido responsable del apoyo educativo de niñas dentro del
espectro autista con y sin discapacidad intelectual y la vida de alguna manera
me enfrentó al autismo en femenino desde la niñez.
Una de mis primas un poco mayor que yo
tenía Autismo no verbal con discapacidad intelectual asociada, movimientos
estereotipado y conducta más bien pasiva. Su madre nunca recibió
orientación al respecto y todo el trabajo fue algo intuitivo.
Posteriormente, durante mi primer año
como egresada y trabajando en una escuela especial, fui educadora durante tres
años de una niña con Autismo, síndrome asociado y discapacidad intelectual, su
lenguaje estaba compuesto de lenguaje ecolálico y movimientos estereotipados,
golpeaba sus dientes de manera repetitiva hasta el punto de provocar una
especie de surco en sus incisivos centrales superiores (paletas).
Al poco tiempo, se incorporó al grupo
una niña de alrededor 8 años, no verbal, con discapacidad intelectual asociada
y con conductas auto estimulatorias de sus genitales de manera persistente.
Poco a poco y a lo largo de mi
profesión, vi como cada niña teniendo un diagnóstico en común manifestaba cada
síntoma de manera diferente dentro de un espectro amplio y variado llamado
Autismo, cada una con necesidades individuales muy diferenciadas.
No obstante, ¿qué sucede con las
mujeres o niñas que no presentan discapacidad intelectual asociada?
La evidencia indica que para que exista
un diagnóstico precoz en mujeres deben presentar además discapacidad
intelectual, “las niñas con mejores capacidades verbales y sin
discapacidad intelectual recibieron un diagnóstico más tardío que sus pares
niños con las mismas características” Hall (2015). Así mismo, “las niñas
especialmente sin DI se diagnostican más tardíamente que los varones”
Disability and Health Journal (2010).
Actualmente, he estado en contacto
con una variedad de mujeres dentro del espectro con una rango de edad que van
desde los 3 a 26 años de edad, el cual ha incluido desde el diagnóstico
hasta el trabajo en habilidades sociales, no obstante, existe dificultad
en el reconocimiento en mujeres sin discapacidad intelectual. Sus historias de
vida arrojan información indicando que todas aquellas que se encuentran en el
rango de edad sobre los 13 años presentan un aspecto en común, el diagnóstico
tardío, pese a la evidencia.
Algunos médicos francamente se niegan
a considerar el Autismo, incluso cuando todos los hechos están ahí. Catherine Fozard
¿Qué nos indica la evidencia y
estudios recientes?
En el proceso diagnóstico o del
desarrollo, se han descubierto factores sociales y personales que pueden ayudar
a las mujeres a ocultar o compensar los síntomas de TEA mejor que los hombres,
así mismo, niñas y niños a pesar de tener los mismos síntomas, las mujeres
generalmente deben tener asociado además discapacidad intelectual o
hiperactividad para poder ser diagnósticas de manera precoz.
Por otra parte, aunque el autismo a
menudo se caracteriza por una ausencia de juegos de simulación, la
investigación demuestra que esto no siempre es cierto para las niñas.
Finalmente, todo la evidencia y
estudios recientes deben ser el orientador para el diseño de programas
individualizados y orientados al género, para favorecer la
calidad de vida de mujeres y niñas con Autismo referidas especialmente a
bienestar personal.
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