Cuando nos enfrentamos a conductas problemáticas con nuestro hijos es importante aclarar la causa de la conducta, ver más allá, por lo que se empieza a elaborar un registro y un archivo que contesten a las siguientes interrogantes: quién, qué, cuándo, y por qué.
"¿QUIEN? ¿Quiénes están presentes cuando este comportamiento ocurre (profesor, otros estudiantes, hermanos)? ¿Cuántas personas se encuentran alrededor? ¿Generalmente quién entra o sale de la situación? ¿Había personas presentes quienes normalmente no están en esa situación (profesor sustituto, nuevo estudiante, el amigo del hermano)? ¿Quiénes faltaban de las personas que normalmente deberían estar presentes? ¿Ocurre dicho comportamiento más a menudo cuando una persona en particular está presente? ¿A quién iba dirigido tal comportamiento?
¿QUE? ¿Qué estaba pasando cuando el comportamiento ocurrió? Se le pedía al niño participar en una actividad particular o detener una actividad favorita? ¿Era la actividad demasiado difícil o fácil? ¿Qué estaban haciendo los otros individuos al mismo tiempo? ¿Qué pasa cuando el comportamiento no ocurre o es poco probable que ocurra?
¿CUANDO? Examine cuando el comportamiento ocurre y no ocurre. ¿Es más probable que pase en la mañana, en la tarde durante las comidas, al momento de acostarse, etc.? ¿Dentro de una actividad particular, ocurre esto al comienzo, al final o durante un momento de transición?
¿DONDE? ¿Dónde sucede el comportamiento más a menudo? ¿Ocurre en el salón de clase, la sala, la cocina, afuera, en el auto? Luego, más específicamente, en ¿qué lugar del salón de clases, etc.? ¿Es cuando el niño está cerca de la ventana o solamente en el escritorio?"Austim Society
Estas cuatro interrogantes nos llevan a la última pregunta — ¿Por qué? Las respuestas proporcionan los datos necesarios para formar una hipótesis en cuanto al por qué ocurre este comportamiento. La hipótesis nos permite posteriormente buscar respuestas o soluciones a la conducta problemática. Por ejemplo, tenemos implementado en casa un entorno acogedor para el autismo con suficiente información visual y predecible. Posee un sistema de comunicación que permita indicar sus necesidades. La información que le estoy entregando va de acuerdo al nivel de entendimiento del niño. Los espacios de la escuela y el hogar le entrega información respecto a lo que debe hacer, cómo y cuándo. Tengo un horario visual confeccionado según el nivel de abstracción de mi hijo.
Lilia Siervo Briones
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