Fallo en la interacción
Un bebé no llega al mundo
con un manual de instrucciones porque criar a un hijo es natural,
intuitivamente las personas sabemos ser padres.
Cuando tratas con padres
de niños con un trastorno del espectro del autismo y empiezas a
hacer preguntas clave sobre su desarrollo comunicativo y social,
te encuentras inevitablemente con respuestas huecas y una
sensación que tiñe a las personas que rodean al niño.
El bebé con autismo no
desarrollla conductas comunicativas típicas o de calidad, como
explicamos en una entrada anterior “Comunicar
es más que hablar”, esto crea una sensación de incapacidad en la crianza,
de frustración y cierta culpabilidad.
Amas y cuidas a tu hijo
pero no consigues complicidad en sus sonrisas, no sabes cómo entretenerlo
y no puedes calmarlo cuando llora. Con información y algo de tiempo, volverán
estos recuerdos y los padres podrán ponerle palabras a esta sensación: el fallo
en la interacción.
“No atendía a su nombre,
nunca se asustaba, no se contagiaba del lloro o de la risa de los demás y
no le interesaban los niños.
Cuando empezó a
andar bien, empezaron las carreras sin rumbo por el parque.
Faltaba además la
emoción en su manera de ser. Había algo que me inquietaba especialmente,
un día le dije a mi hermana
“es que Manuel no es
cariñoso conmigo”, yo no sabía muy bien por qué decía eso pero mi hermana
lo entendió perfectamente.
Ahora sé que no lo podía
expresar, que empezaba ahí
nuestra carrera de por
vida para romper las barreras de la comunicación.
Yo comenzaba a
sentir el fallo en la interacción.” Olga Lalín.
http://afrontandoelautismoconsensibilidad.wordpress.com/2012/11/21/fallo-en-la-interaccion/
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